Hoy en día, la protección de una marca repercute directamente en el posicionamiento de una empresa en el mercado, tanto económicamente como reputacionalmente.

Ante este hecho, debemos entender que la protección de una marca comienza antes de solicitar el registro.

En este punto, es crucial considerar diversos aspectos que pueden tener un impacto significativo en la concesión del registro de marca y en su protección a largo plazo.

En primer lugar, realizar una búsqueda de antecedentes asesorados por un especialista en él área es imprescindible. Esto implica no solo verificar la base de datos de marcas registradas por la autoridad competente en tu país, sino también evaluar registros en otras clases que puedan afectar la registrabilidad de la marca en cuestión.

Por otro lado, es esencial evaluar la distintividad de la marca. Una marca que es meramente descriptiva o genérica puede enfrentar mayores dificultades para ser registrada o para mantener su exclusividad frente a terceros. En estos casos, es recomendable definir estrategias para fortalecer la distintividad a través de elementos adicionales en la solicitud de registro.

Complementando lo mencionado, la elección correcta de la clase de productos o servicios en la que se registrará una marca es muy importante. Esto no solo afecta el alcance de la protección, sino también la posibilidad de enfrentar oposiciones de terceros que hayan registrado marcas en clases relacionadas.

En cuanto al proceso de solicitud en sí, es fundamental analizar y prever ciertos contenidos. Esto incluye proporcionar descripciones detalladas de los productos o servicios asociados con la marca, así como considerar reivindicaciones de prioridad y elementos gráficos en el logotipo u otros.

Una vez obtenido el registro, la vigilancia constante de la marca es necesaria. Por lo tanto, establecer un programa de vigilancia de marca que permita detectar oportunamente cualquier solicitud de registro de marcas idénticas o similares, así como posibles infracciones de marcas, es un aspecto que no puede omitirse a tiempo de proteger una marca. Esto facilita la adopción de medidas preventivas o correctivas oportunas para proteger los derechos de la marca, evitar conflictos y evitar costos adicionales para los titulares de las marcas.

En conclusión, la protección de una marca no comienza con una simple solicitud ni termina con la concesión del registro. Es un proceso continuo que requiere atención constante a los cambios en el mercado, nuevas solicitudes de registro y posibles infracciones.